20 junio 2009

Artesanía



La artesanía como una de las actividades originales de los salasakas, se desarrolló desde siglos anteriores, existiendo una continuidad hasta la actualidad; esta actividad es característica tanto de hombres como de mujeres; el hilado corresponde generalmente a la mujer y el trabajo en telar al varón, como prueba de ello tenemos que en 1885, el único obraje que quedaba en la provincia, San Idelfonso había producido 26000 varas de bayetones y frazadas, mientras que cercanamente había una producción indígena de autoconsumo: “los indígenas de Salasaca fabrican un tejido de lana que ellos llaman lliglla, y que refieren al mejor paño de Europa, pero que no la tejen sino para su uso particular: alguna vez lo venden hasta 3 ó 4 sucres la vara”... Pero los salasacas tuvieron en la jerga de lana un producto que tenía un carácter más mercantil y que se realizaba en el mercado de Ambato* y que era de menos calidad a la que usaban ellos.

En los últimos tiempos, desde que personeros del Programa Punto IV (1957) adiestraron a tres Salasacas en la elaboración de tapices, con la técnica y diseño de los tejidos tradicional de fajas chumbis; ellos a su vez tomaron a otros como aprendices llegando a formar algunas pequeñas empresas de artesanos y la Cooperativa de artesanos.

La artesanía ha sido uno de los principales rubros que permitió y permite todavía establecer contactos con una serie de regiones, ciudades (Otavalo, Quito, Puerto Ayora, Puerto Baquerizo Moreno y Ambato) y países extranjeros (Europa y los Estados Unidos). Las relaciones con Otavalo, por ejemplo, datan de 1960 cuando un grupo de diez artesanos fueron a enseñar su oficio -de ahí que la artesanía otavaleña tiene mucha influencia salasaca en sus diseños-; desde esa época el intercambio de experiencias artesanales es constante con Otavalo. Los contactos a nivel internacional principiaron desde la implementación de proyectos artesanales en la comunidad, que favoreció notablemente a muy pocas familias, aunque también sirvió para la implementación de varios proyectos comunitarios, como la construcción de la casa comunal, talleres artesanales y la iglesia.

*Hernán, Ibarra, Cambios Agrarios y conflictos étnicos en la Sierra Central, 1820-1930, PUCE, Quito, p.135

No hay comentarios:

Publicar un comentario